Se le considera la narración escrita más antigua, pues la versión más completa data del siglo VII A. de N. E., cuenta la historia del quinto rey de Uruk (región de la actual Irak y partes de Irán), hijo de la diosa Ninsun (la gran reina, deidad relacionada con las vacas y el sueño) y el rey Lugalbanda. Por lo que se decía que dos partes de él son divinas y una es humana.
Debido a su fuerza desmedida Gilgamesh se vuelve un tirano y abusa de su pueblo, por lo que sus súbditos piden a los dioses ayuda.
La diosa de la tierra y la creación Ninhursag creó a Enkidu, pero él sólo quería vivir como un salvaje en el bosque junto a los animales, además de molestar a los pastores robando su ganado.
Un pastor habla entonces con Gilgamesh y le dice que en el bosque hay un hombre tan fuerte como él, pero no quiere enfrentarlo porque lleva una vida salvaje.
El rey aconseja al pastor que lleve a una sacerdotisa: Shamhat para que lo seduzca y lo convenza de pelear contra él, ella lo convence de que debe derrotar a Gilgamesh.
Al enfrentarse Enkidu y Gilgamesh descubren que son igual de fuertes y se vuelven amigos, por lo que deciden probar su fuerza para alcanzar la gloria.
Gilgamesh y Enkidu deciden cortar un árbol, lo que molestó a Humbaba el guardián del bosque, gigante terrible que los insulta, pero al que derrotan creando las montañas de Sirara durante la batalla, con el árbol derribado construyen una puerta al mundo de los dioses, en algunas versiones esto se interpreta como la construcción de una nave espacial.
Ambos héroes atraviesan la puerta y llegan al mundo de los dioses; al ver a Gilgamesh la diosa del amor, llamada Ishtar, se enamora de él, pero al no verse correspondida pide Anu, dios de la creación, que le preste el toro del cielo para que vengue el desprecio que le han hecho, de lo contrario, volvería a los muertos a la vida.
El toro del cielo causa sequía, pero es derrotado por Gilgamesh y Enkidu, quienes regalan el corazón de la bestia al dios del sol Shamash y al escuchar el llanto de Ishtar, Enkidu le arroja al rostro una de las patas traseras del toro a la cara.
Los dioses deciden que alguien debe pagar por la muerte de Humbaba y el toro del cielo, así que Enkidu muere castigado por los dioses.
Para evitar el destino de su amigo, Gilgamesh parte en busca del único hombre que ha derrotado a la muerte, Upnapishtim, quien junto a su esposa sobrevivió a la gran inundación, al Diluvio.
El héroe pelea contra los leones del desierto.
Llega a los montes gemelos y derrota a los hombres escorpión que resguardan el único paso rumbo al Jardín de las piedras preciosas, donde está el puerto que lo llevará a la isla de los bienaventurados, la morada de Upnapishtim.
Caminó tres días en la obscuridad absoluta.
En el jardín de las piedras preciosas hay una posada donde la bella y sabia Siduri alimenta a los viajeros, ella intenta convencer a Gilgamesh para que desista, pero al no lograrlo le indica que Urshanabi el barquero podrá ayudarlo a su destino.
Gilgamesh derrotó a los de piedra, unas estatuas vivientes que se interponían entre él y Urshanabi, a quien convence de cruzar el mar de la muerte, lo que les toma tres días con sus noches.
Upnapishtim pregunta al héroe la razón de su tristeza y Gilgamesh le cuenta su historia, después escucha la historia del diluvio, de cómo los dioses le ordenaron construir una barca para salvar a su familia y la vida en la tierra, pero sobre todo, que a manera de recompensa los dioses le dieron a él y su mujer la vida eterna.
Además, Upnapishtim cuestiona los motivos egoístas de Gilgamesh y le dice que le dará el secreto de la inmortalidad si logra mantenerse despierto durante siete días, pero lo engaña, pide a su esposa que ponga un hechizo en un pan para que Gilgamesh duerma; después de comer el pan cae profundamente dormido.
Durante los tres días que duerme Gilgamesh la esposa de Upnapishtim lo convence para que le dé el secreto de la inmortalidad, pues su viaje lo ha hecho digno. Upnapishtim le dice que en el fondo del mar hay una planta llamada nunca envejece que lo volverá joven. Gilgamesh desciende al fondo del mar de la muerte y consigue la planta mágica.
De regreso a Uruk, Gilgamesh prueba la planta en un viejo y funciona, pero una serpiente se la roba mientras toma un baño, por eso las serpientes cambien de piel, porque una de ellas robó la rama de la inmortalidad a Gilgamesh.
El héroe regresa a su ciudad no como un rey déspota, sino como un sabio y reflexiona su aventura, acepta que su destino es morir como Siduri e Upnapishtim le enseñaron, al volverse un rey tan sabio como bondadoso, deciden devolverle la vida a Enkidu.
Finalmente Gilgamesh le pregunta a Enkidu cómo es el inframundo, pero el fiel amigo le dice que es mejor no saberlo. Gilgamesh asume su mortalidad no sólo haciendo el bien, sino cuidando de los demás.
muy buena la ilustracion señor HORACIO DIAZ, ¿donde podria ver mas imagenes respecto al mito de GILGAMESH?
ResponderEliminarHola a todos soy yo otra vez Androidfasito su YouTube favorito
EliminarChevere.
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